Rosa Mena Valenzuela
Su madre, Emilia Valenzuela, y su padre, el abogado, compositor de valses y mùsico, José Mena, le proporcionan un ambiente intelectual y artístico que marcarían su vida. La casa de su abuela materna era frecuentada por artistas como Gianolli, María de Baratta o Angelita Peña en compañía de los cuales aprendió solfeo, piano y canto. Ganó durante varios año el Premio Nacional de Dibujo en el Colegio de Jeunes Filles Jean D´Arc. A la edad de 40 años se inscribe en la Academia del pintor español Valero Lecha
Su trabajo inicial tiene influencia impresionista, con trabajos como Interior pero pronto la influencia de su maestro, Valero Lecha, se deja ver en su colección de retratos expresionistas. En los años sesenta viaja a Europa y Oriente Medio gracias a una beca otorgada por el gobierno de Italia y la cual fue tramitada para ella por Salarrué . Esta experiencia tendrá también reflejo en su pintura, que se vuelve más lineal y espiritual con cierto sincretismo religioso que combina con influencias de la caligrafía árabe y cierto estilo paleocristiano. De esta época destaca Recuerdo de Jerusalén cuadro ganador en el Certamen Centroamericano y del Caribe de pintura en 1964
Rompe con la pintura de caballete e hibrida el óleo con el grafito, los pasteles, lápices de color, pinturas industriales y hasta maquillaje en sus obras junto a materiales industriales como retazos de telas, pinturas, hilos y papeles como soporte y para crear collages. A pesar de ser criticada por sus contemporàneos4 su obra se expuso en Suramérica, Europa y Estados Unidos
En 1995 fue seleccionada por la Unesco para ilustrar la antología de Nicanor Parra. Dos años después viaja a España como Invitada Especial para participar en la inauguración de la muestra itinerante IBEROAMERICA PINTA parte del Proyecto Periolibros. En 2002 la Asamblea Legislativa la nombró "pintora meritísima"
El Museo de Arte de El Salvador tiene la mayor colecciòn de sus obras, con 66 piezas de la artista.
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